miércoles, 14 de junio de 2017

Ana y el pasado

Estar en casa de Ana me llena de una especial serenidad. Todo es tan nítido, tan puro, desprende tanta luz que es difícil sentirse incómodo, a no ser que la reina de la casa te haga una de sus preguntas trascendentales...
-Mer, ¿te arrepientes de algo del pasado?.
-Intento no hacerlo, aunque no soy perfecta... pero, ¿a qué te refieres en particular?.
-Hoy he hablado con Óscar, bueno hablar,hablar... lo que se dice hablar no, nos hemos wasappeado.
-Ajá - le digo esperando que continúe con la narración.
-Es todo tan extraño, le echo de menos, no a él en si,en realidad lo que añoro es lo que me hacía sentir.
-¿Te arrepientes de haberlo forzado a que te dejara?.
-No, si... no sé.
-Así me gusta Ana, las cosas claras.
-¡Dejémonos de tonterías Mer!, él no luchó y yo ya estaba cansada de llevar el peso de la relación, de disculpar sus continuas faltas de cariño y apoyo, que oyera pero no escuchara, de plasmar tantas y tantas líneas y la comprensión lectora brillara por su ausencia. O lo que es peor que leyera pero le fuera indiferente. 
-¿Lo querías?.
-Si Mer, todavía lo hago. 
-¿Estabas enamorada de él?.
-No Mer- su rápida contestación me hace saber que es la verdad y asiento mientras sigue hablando- pero recé por estarlo, hubiera dado todo por amarlo, lo di, aún sin hacerlo.
-Bueno princesa ya lo dice Sabina, amores que matan nunca mueren. Perdona sus ofensas como buena estudiante de colegio católico,déjalo salir de tu vida, cierra la puerta y si es posible, tira la llave al fondo del mar, como dice el dicho, está permitido tropezar dos veces con la misma piedra. Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra si. Olvida lo que te hizo sufrir y recuerda los buenos momentos. Pasa página...
-No puedo Mer, hay cosas que no puedo perdonar. 
-Ana, no es sano vivir con rencor, no merece la pena hacerlo. No hace falta que te flageles más cari.
-Puedo perdonar todo Mer, menos su falta de honestidad.
-La verdad nos hará libres.....-estoy a punto de reírme pero consigo disimularlo con una tos que suena un poco extraña.
-Mer, no seas cabrona.
-Mira Ana, un día todas estas sensaciones y sentimientos te parecerán una verdadera tontería, pasará el tiempo y todo se diluirá. Lo bueno y lo menos agradable. Un día te enamorarás de verdad, conocerás a alguien que te abra las carnes, sentirás eso del aleteo de las mariposas de una forma tan contundente que me río yo de la teoría del caos.
Me mira con suspicacia y se sienta a mi lado.
-Anita, recuerda que nunca segundas partes fueron buenas y sobre todo que por mucho que Manrique se empeñara el tiempo pasado nunca fue mejor.
-¿Y tú Mer? ¿ contra qué luchas?.
.-Yo libro mis propias batallas corazón, aunque reconozco que voy perdiendo.




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