martes, 23 de mayo de 2017

Ana y las concesiones

Cuando llego a casa de Ana, abre la puerta un metro noventa de Toni que me da un pico y al mismo tiempo lanza una de esas miradas de "DIVA", tan suyas , reprochándome el haber llegado diez minutos después de las seis. Veamos, sobre las seis, es eso,SOBRE, no es en punto... ¡dame un poco de vidilla! pienso para mis entrañas.
Luis y la anfitriona están sentados en el sofá viendo revistas de moda y debatiendo sobre la última base de maquillaje de Bobbi brown, algo sobre la numeración que a mí me suena a cábala mística.
Es una suerte contar con Luis en temas de maquillaje, lleva muchos años en el mundillo y por un precio módico te deja niquelada para cualquier evento.
Al principio no nos quería cobrar ni un duro por aquello de la amistad, bla,bla,bla...¡Ni que los amigos no tuvieran que pagar facturas!.
A fuerza de insistir y sabiendo que somos muy cabezotas, nos hace un precio muy por debajo de su tarifa habitual y todos tan contentos.
Cuando llego a su altura, comienzo mi periplo besa-mejillas soltando nuestra frase preferida de la telenovela Cristal "bendisiónnnnnn"y haciendo un esfuerzo sobrehumano,   ( si, estoy cansada , ¿qué pasa?), me dirijo a la cocina a por una cerveza fría. No pregunto si alguien quiere porque están todos servidos y además en un rato y viendo a Toni trastear por detrás de la barra, sé que empezaremos con los combinados.
-¡Hola chicos!, veo que el debate está interesante jajaja...
-Habíamos empezado por otro tema pero esperábamos que llegaras tú para iluminarnos- suelta Ana mientras le guiña un ojo a Luis.
-Mer, ¿ crees que hacemos muchas concesiones? dice mi maquillador favorito.
-¿Concesiones?, supongo que si...creo que todos las hacemos  en los diferentes ámbitos de nuestra vida.
-Yo no lo creo Mer- dice Ana mientras pasa la mirada de Luis a mí y viceversa.
Jajajaja, mi carcajada, los toma desprevenidos.
-No quisiera tener que recordarte el año y medio que tus maravillosas sandalias de Jimmy Choo y tus zapatos de  Chistian Louboutin ,Alexander McQueen y hasta "los manolos",por los que yo mataría, estuvieron encerrados en la parte trasera de tu vestidor porque Miguel es un par de centímetros más bajo que tú y con esos high heels, le sacabas un trozo por lo visto insalvable. 
-Pero eso no es una concesión Mer. Yo lo hacía para que no se sintiera mal.- Mira de reojo a Luis pidiendo su apoyo pero sabe que tiene las de perder.
-La cuestión Ana es que dejaste de ponerte algo que te gusta por hacerle feliz a él,  para que no se sintiera mal. 
-Tienes razón Mer- dice Luis mientras le da un trago a su cerveza poniendo mala cara porque a estas alturas está caliente.- Yo también he hecho muchas concesiones, sobre todo a nivel laboral, trabajando más horas de las debidas, no montando un pollo si desaparece un iluminador, teniendo que tragarme la bilis y poner buena cara porque el último gurú del makeup cree que todos los demás hemos empezado hace seis meses a coleccionar brochas y él es un Dios que trabaja con los grandes y tiene cuenta en Instagram.
-¿Tú que piensas Toni? le digo a la vez que se sienta en el lateral del sillón que ocupo y pasa su brazo por mi hombro.
- Creo que siempre se hacen concesiones y está bien hacerlas. Se hacen en el trabajo, con la familia, por amor, con los amigos...Recuerdo que Ana siempre se ponía una chaqueta encima de las camisetas de tirantes para que su abuela, su madre y sobre todo los chicos del tercero , si hombre, los hijos de la señora Paquita, no admiraran sus tetas impresionantes o su abuela no le dijera que iba indecente.
Ana le lanza un beso mientras Toni sigue con su discurso. - ¿Cúantas veces no hemos callado, cuando en realidad lo que queríamos era acordarnos de la madre de alguien?, ¿Cuántas veces hemos visto pelis románticas porque a él o a ella le gustan aunque a ti te aburren? y así con las visitas a los padres, la paella de los domingos, los bolos y las fiestas a las que Luis me arrastra por su oficio, la ropa, el pelo, etc... pero todo sea bienvenido si con eso haces feliz a alguien. 
-Supongo que todo tiene un límite¿ no Toni? murmura Luis sin mirarlo a la cara.
-Claro cari, es como aquella frase de Jean Paul Sartre "Mi libertad se termina donde empieza la de los demás", pues con las concesiones igual, se terminan cuando coartan mi libertad de elección y de acción.
-¿Y tú Mer?, ¿Haces muchas concesiones?. Ana lo deja caer y todos me miran esperando mi respuesta.
-¿Concesiones yo?, mirad chicos si abrís el María Moliner ,en la primera acepción de la palabra concesiones hay una foto mía.
Todos nos reímos con ganas y Toni se levanta diciéndome, -¿Lo de siempre princesa? y sé que en unos instantes tendré en mis manos, uno de sus maravillosos Black Russian.










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